Confesiones del pene

Para escribir estas líneas sin ofender a nadie, es necesario avisar o prevenir que las siguientes pueden dañar el sentimentalismo propio de cada lector. El lector podrá encontrar numerosas generalidades, temas en los que pueda diferir, y es por eso que definiré este post como una simple lista de conclusiones apresuradas. El tema va a ser la mujer de hoy en día. Pero no cualquier mujer, sino la que está pasando por la edad que va desde los 18 a los 25 aproximadamente (puede haber excepciones).
El 90% de estas mujeres, son astutas. El otro 10% todavía no conoció la fija.
Hace un tiempo, las mujeres eran las enamoradizas, las que escribian en sus hojas el nombre de su amor imposible, en rojo y con un corazón. Las que pasaban horas hablando con amigas por telefóno preguntándose porque infortunia su amado no las tenía en cuenta. Éstas eran las del primer tipo, las que amaban a alguien y él no les daba bola. Después estaban las del segundo tipo, que eran las que no tenían un amor imposible, pero tampoco tenían un amor. No tenían nada, y vivían implorando, rezando por conocer a su príncipe azul.
Nosotros, los hombres, eramos los que teníamos que elegir. Hasta en casos extremos, las chichas se peleaban por un hombre. En la televisión, esta época esta retratada por las telenovelas de la tarde, protagonizadas por Andrea del Boca, Soledad Silveyra, y mas recientemente Natalia Oreiro.
¿Dónde han quedado esas épocas gloriosas, casi épicas? Ahora las chichis solo quieren joda, quieren usar un macho una noche, sentirse violada, que las den vuelta como una media. Cuan más grosero y más ordinario sea (todo esto en la cama, porque cuando no estan teniendo sexo -o "garchando a lo loco"- son unos caballeros) más grande sea su miembro, más caro sea su auto, más edad tenga... ¡MEJOR!
Ya no les importa que las traten con cariño. Ya no les importa el amor, el romanticismo, ya no se ponen coloradas porque las miró su chico. Ahora, lamentablemente, somos nosotros. Nosotros somos los (o las) que las extrañamos, los melancólicos, los románticos. Nosotros somos los que anhelamos pasar un domingo a la tarde con una novia, en la plaza, o tomando un helado, o simplemente tirados en una cama dandose besos y diciendo cosas cursis como te amo, o sos el amor de mi vida.
Ahora somos nosotros los que estamos mal por ellas, los que rogamos e imploramos a nuestra princesa azul.
Empero, hay excepciones. Sino las chichis no se podrían enfiestar. Ahora es el turno de los vacíos, de los tarados, de los soberbios. Oh sí, es su momento muchachos! Ya que ustedes que siempre fueron los hijos de puta que se aprovechaban de las pobres mujeres despechadas, ahora ellas quieren eso. Y nosotros, los bobos, los que no gastamos mas de $200 en una noche en un boliche top, los que no nos vestimos a la moda, los que no vivimos en Recoleta, nos tenemos que conformar con la idea de que alguna vez se va a revertir la situación. O que habrá alguna chica que sea la excepción a la regla.
Las mujeres, lamentablemente, cayeron en la realidad de lo importante que son para nosotros, y ahora señores, no hay quien las baje.
El ejemplo de mujer ya no es la pobre Solita Silveyra que era humilde, y con tanta suerte se encontraba a un hombre rico y galán. Ahora el ejemplo es Evangelina Anderson, Melina Pitra, nosé, Sabrina Rojas; que están toda operadas, y se venden al mejor postor.

Bueno, con esto doy por finalizado el tema. O mejor dicho, doy por abierto el tema; ya que me gustaría que cualquier lector pueda dar su opinión, ya sea coincidiendo o discrepando con el texto expuesto. Ante todo, sólo se pide respeto. Espero que les haya gustado este texto, espero que no se hayan sentido ofendidas ni ofendidos. Espero que hayan quedado claras mis ideas. Obviamente releí el texto dos veces, y siento que falta algo, que no expusé todo, o que me faltó redondear algunos puntos, pero creo que por mas veces que lo vuelva a leer, no voy a poder agregar nada mas interesante ni importante, sino que estaria extendiendo innecesariamente el texto, como estoy haciendo en este momento. Asique, muchas gracias por su atención. Un abrazo cibernético para todos, y un beso también... si les interesa.